Desde que era pequeña me ha gustado leer historias de amor, ahora por fin me he atrevido yo a hacer una. Si tenéis alguna duda o queréis decirme algo sobre la historia dejar vuestro comentario abajo. Espero que os guste y gracias por la visita.

viernes, 14 de octubre de 2011

Capítulo 3

3.- El niño mimado
Cuando la puerta se abrió ante mis ojos pude ver con claridad el chico que había estado imaginando. No era la imagen que más me esperaba de él porque yo pensé que vendría vestido formalmente y no, no venía así. Traía una sudadera de Vazva azul, unos vaqueros flojos sujetados por un cinturón blanco y un par de tenis All Star. El bañador lo tenía por debajo del pantalón. Su físico me reveló quien era ese chico. Sus ojos eran de color azul mar, su pelo era negro y su piel era pálida tanto que parecía que desprendía luz. Su estatura más o menos era igual que la mía y la sonrisa de idiota que llevaba en su cara me hizo ver quien era ese chico. Era Álex. Nunca me había imaginado que un chico que acostumbra a colarse en casas ajenas fuera de tan distinguida familia. Al verle comprendí a que venía la última frase que había oído decirle antes de que se marchara: ‘’ Creo que nos volveremos a ver asique no te preocupes ya te lo explicaré todo con calma. Adiós, Paula’’. El muy creído lo sabía todo y no me había dicho que nos íbamos a volver a ver esta tarde. En ese momento le miré con rabia por no haberme dicho quién era. Él en cambio se limitó a mirarme divertido. En ese momento todos los pensamientos anteriores que había tenido sobre él se desvanecían y aparecían otros nuevos como el odio que empezaba a sentir por él.
Mi tía en cambio le miraba con cara de amabilidad. Le hizo un gesto para que pasara y Álex le hizo caso. Cuando ya estábamos en el salón empezó la conversación.
-Mi querido niño, que mayor estás- observó mi tía mientras él se sentaba en el salón.- Ésta es mi sobrina Paula que acaba de llegar al pueblo- me señaló y me hizo un gesto para que me presentara ante él y aunque estaba de muy mal humor gracias a ese señorito, no me quedó más remedio que presentarme si no quería tener un problema grave con mi tía. He de decir que en ese momento me entraron unas ganas de contarle a mi tía que ese mismo señorito que estaba delante de ella fue también el mismo que se coló por la verja que rodea la finca para hacer su propia exploración pero me contuve las ganas.
- Hola- dije finalmente de mala gana.
-Encantado, me llamo Alejandro pero mis amigos me llaman Álex- contestó sonriendo y mirándome otra vez con aire divertido. Como si le gustara hacerme enfadar. En definitiva, con ese chico no me entenderé nunca.
-Lo dejaremos en Alejandro- dije furiosa y esperando a que mi tía se esfumara para poder decirle unas cuantas cositas a ese chaval.
-Lo de mis amigos iba por ti- añadió con tono irónico.
-Si me disculpáis tengo cosas que hacer- intervino mi tía.- Paula, cuando queráis daros un baño en el lago ya sabes dónde está.
Cuando ya se había ido mi tía aproveché y le dije a ese niño mimado unas cuantas cositas.
-¿Pero tú de qué vas? ¿Por qué no me dijiste que tus padres eran los señores que vinieron ayer a comer?-
-No sabía que tenía que dar todos mis datos personales la primera vez que conozco a una persona- dijo y otra vez se rió.
-Pero eso me lo tenías que haber dicho porque yo creí que eras un delincuente o alguien parecido.-
-Pues ahora ya sabes quién soy- dijo a la vez que me miraba fijamente. Un instante después se acercó a mí pero yo enseguida me alejé pues el simple hecho de estar a menos de 10 cm de él me ponía la carne de gallina y empezaba a temblar.- Quiero ir al lago, ¿me llevas hasta él, señorita?
-Como si no supieras donde está- mascullé.- Señorito Alejandro alias me cuelo en casas ajenas. ¿Tus padres saben lo que hiciste?-
-No, pero no creo que me digan nada después de todo soy su único hijo y me consienten cualquier cosa-
En ese momento pensé que nadie podía superar el  tono de creído que tenía ese chico. Aparte de eso era egocéntrico, irónico y se iba de gracioso.
-Bueno, ¿me llevas al lago o tengo que ir yo solito?- y puso una cara triste que se notaba que la fingía.
-Encantada me quedaría aquí sin ti pero por desgracia le dije a mi tía que me encargaría de ti. Me dijo que te enseñara la casa pero supongo que la conocerás muy bien. Y por si no lo sabes tus padres y mi tía planean que nos convirtamos en algo más que amigos no sé si tu coeficiente mental sabe lo que significa eso.-
-Sé lo que significa y me lo suponía porque también me avisaron a mí de que tenía que hacerme muy amigo tuyo aunque tú no me lo pones fácil.-
-Y nunca te lo pondré, básicamente porque me has caído fatal-.
-No dirás eso cuando te cuente la historia de la cueva- dijo.- Ah no, que no puedo porque no te he caído bien-.
-Serás…-
- ¿Guapo?- dijo descaradamente.- Eso ya lo sabía pero gracias por ese alago-.
-Iba decir estúpido pero lo cambio por superficial y creído.
-Bueno no quiero pelearme con mi futura novia asique… ¿Por qué mejor no vamos andando hasta el lago y te explico lo de la cueva?-
-Vale pero retira eso de que seré tu novia porque ni tú mismo te lo crees-.
- ¿Te crees que no me fijé en cómo me mirabas en la cabaña de Nico? Porque me mirabas con cara de ojalá fuera mi novio, asique te estoy poniendo las cosas fáciles ahora mismo-.
-Puede que antes te mirara así pero porque no sabía cómo eras-.
-¿Y cómo era antes de que me conocieras?-
-¿Para qué lo quieres saber?-
-Para cambiar a mejor, ¿no?- y se rió a la vez que me abría la puerta para salir hacia el lago.- Adelante, señorita- y me hizo un gesto que me pareció muy agradable después de que había conocido su parte grosera.
-¿Y por qué quieres cambiar?-
-¿Siempre haces tantas preguntas? Porque antes también me hinchaste a preguntas.-
-Bueno vale ya me callo entonces.- dije enfadada con la rabia que me volvió a provocar.
- No he dicho que te callaras solo digo que haces demasiadas preguntas. Eres demasiado cotilla.-
-¿Cómo dices?- En ese momento quise pegarle una cachetada pero pensé en que ahogarlo en el lago sería mejor asique esperé a que llegáramos.
-No te lo tomes a mal pero preguntas demasiado y le buscas los porqués a las cosas-.
-¡Por lo menos yo soy mucho más educada y más amable con la gente que apenas conozco y no soy tan descarada como tú!- le grité.
-¿Estamos discutiendo?-
-Supongo. Y aun a riesgo de que me llames cotilla… ¿Por qué lo preguntas?-
-Pues no te lo iba a volver a decir al ver que te afectó tanto pero es que soy demasiado sincero- dijo sin contestar a lo que le había preguntado.- Lo pregunto porque es raro que un chico y una chica discutan a no ser que sean una pareja.-
- ¡Que te quede claro tú a mí no me gustas!-
-Eso lo dices porque aún nos estamos conociendo- añadió riéndose.
Iba a contestar cuando por fin llegamos al lago y quise dejar todo ese tema a un lado. Me dirigí cerca del agua para extender mi toalla y dejé mi bolsa en el suelo. Luego me quité la camiseta y el pantalón. Álex ya se  había quitado la camiseta mucho antes que yo y he de reconocer que no estaba nada mal pero quise hacerme pensar a mí misma que era un horror. Me acerqué a la orilla del lago y mojé el pie derecho cuando noté que el agua estaba helada y a pesar del calor que hacía no soportaba el agua tan fría pero por desgracia cuando quise darme la vuelta el idiota de Álex me cogió en brazos y se metió en el agua conmigo en el colo y a pesar de que le supliqué que volviera a la orilla no me hizo caso. Cuando estaba más o menos en mitad del lago me dejó caer y me mojé de lleno en el agua, entonces sentí la necesidad de vengarme. Lo primero que se me ocurrió fue sumergirle la cabeza en el agua y lo hice pero no duró más de dos minutos debajo del agua ya que me superaba en fuerza.